LA FASCITIS PLANTAR
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una lesión inflamatoria dolorosa del tejido conectivo que se extiende por la planta del pie, desde el talón (hueso calcáneo) hasta el comienzo de los dedos del pie. Esto es lo que conocemos como fascia plantar, cuya función es mantener el arco plantar, soportar nuestro peso corporal y facilitar el movimiento del pie.
Aunque tradicionalmente se conoce como fascitis (el término “-itis” hace referencia a inflamación), se ha descubierto en estudios recientes que en este tipo de lesión lo que se produce es una degeneración del tejido de la fascia plantar. Por tanto, sería más correcto nombrarla como fasciosis en vez de fascitis.
Habitualmente el dolor se localiza principalmente sobre el talón, más por su cara interna. Aunque, en ocasiones, el dolor puede extenderse hacia delante hasta el arco del pie y, a veces incluso hasta los dedos del pie. Además, puede ir acompañado de rigidez del pie.
Los síntomas, principalmente, son más intensos al empezar a caminar tras un reposo prolongado. Por ejemplo, después de dormir o después de pasar mucho tiempo sentado. Pero, conforme se camina y la zona “calienta” los síntomas empiezan a bajar en intensidad hasta incluso desaparecer. También, se podrá provocar dolor al estirar y trabajar la fascia (ya sea estando de puntillas, subiendo escaleras o haciendo estiramientos de la zona), o al tocar la zona.


¿Cuáles son las causas?
De entre todas las posibles, cabe destacar las siguientes:
● Aumento excesivo de la actividad física y de la intensidad en los entrenamientos.
● Demasiado trabajo de cuestas y de velocidad.
● Calzado no adecuado.
● Poca flexibilidad y poca fuerza de la cadena posterior de la pierna.
● Mucha rigidez del pie
● Sobrepeso.
● Problemas de pisada o alteración de la marcha.
● Aparición de un espolón calcáneo.

¿Cómo se trata?
Para el abordaje de esta lesión, la terapia manual ejercida por un fisioterapeuta, centrada en las limitaciones de las articulaciones del pie y del tobillo ayuda a mejorar la elasticidad y reducir el dolor considerablemente.
También, el vendaje específico con esparadrapo o tape mejoran los síntomas en el corto plazo y ayudan a que la persona pueda caminar sin dolor.
Por otro lado, y con una gran importancia en la recuperación de la fascitis plantar, entraría en juego el ejercicio terapéutico, centrado en la mejora del a movilidad de las articulaciones del pie y del tobillo, mejora de la elasticidad de la cadena posterior de la pierna y fortalecimiento tanto de los músculos del pie como de la pantorrilla.







