CORTISOL, RELACIÓN CON LA CURACIÓN
El cortisol, la "hormona del estrés"

Esta hormona puede actuar inhibiendo sustancias inflamatorias desde el inicio de una lesión, al igual que los fármacos. Suena bien, pero si consideramos la inflamación como algo positivo en la primera parte del proceso de reparación, la producción de cortisol, por ejemplo, es algo negativo en esta fase porque inhibe la curación o el control de la infección.
La inhibición de la inflamación anula la sensación de dolor en la fase aguda, con lo que, en caso de vernos envueltos en una situación de peligro que requiera una respuesta física rápida, esta no será posible porque hay una especie de anestesia.
En casos de estrés crónico, la regulación del cortisol está alterada y los niveles no descienden. Esto deteriora la calidad del sueño, lo cual, tampoco contribuye precisamente a la curación. Por eso, es muy importante ayudar a los pacientes a recuperar su calidad del sueño y abordar sus principales factores estresantes.
Debemos saber que, elevados niveles de cortisol, pueden producir pérdida de masa ósea y muscular, y debilitamiento general. También, debilita la actividad del aparato reproductor, disminuye la lívido y produce alteraciones en los procesos de digestión y absorción de nutrientes. Podría decirse que “te va comiendo por dentro lentamente”.

Por tanto, es de vital importancia que consiguiéramos tener una correcta gestión del estrés, para no alcanzar un estado crónico de esta situación, y así evitemos problemas en cuanto a la recuperación de lesiones, dolor y salud general.






